El bruxismo es una parafunción mandibular persistente que se conoce comúnmente como rechinar los dientes. Éste se puede producir durante el día o por la noche. El más frecuente es el relacionado con el sueño, también el más difícil de controlar.

Las personas que tienen bruxismo aprietan fuertemente los dientes superiores con los inferiores y los mueven de atrás hacia adelante y viceversa, la mayoría de las veces de forma inconsciente produciendo el desgaste de las piezas. Su principal desencadenante se sitúa en el plano psicológico aunque las repercusiones se extienden al plano de la odontología.

Se cree que el bruxismo es multicausal aunque apuntan al estrés como el principal desencadenante.

Además del estrés existen otros factores que pueden contribuir a la aparición:
– El tipo de alimentación que sigue el paciente.
– Los hábitos del sueño.
– La postura.
– La alineación de los dientes, especialmente si ésta es inadecuada.
– La incapacidad para relajarse.
Sin embargo, cada caso es diferente y, por tanto, las causas pueden diferir en cada situación.

Síntomas
Uno de los principales problemas del bruxismo es que los dientes pueden ejercer una presión excesiva en los músculos, los tejidos y las estructuras que rodean la mandíbula. De hecho, si se prolonga en el tiempo puede causar problemas en la articulación temporomandibular.
Los principales síntomas son:
– Ansiedad.
– Estrés.
– Depresión.
– Dolor de oído.
– Dolor de cabeza.
– Sensibilidad muscular.
– Sensibilidad a las cosas calientes, frías y dulces.
– Trastornos alimentarios.
– Dolor y/o inflamación de la mandíbula.
– Insomnio.

Prevención
En personas propensas a tener bruxismo se ha demostrado que la reducción del estrés y la ansiedad pueden disminuir esta afección.

Diagnóstico
En muchos pacientes el bruxismo no presenta síntomas por lo que algunos desconocen que tienen esta enfermedad. Normalmente el diagnóstico se produce durante una revisión dental rutinaria o cuando el paciente acude a la consulta ante un dolor repetitivo en la cara y en el cuello.
En otras ocasiones el diagnóstico se produce porque alguna persona del entorno detecta que al dormir hace ruido debido al rechinar de los dientes.
Para confirmarlo el especialista realizará una entrevista clínica, una exploración y un estudio radiográfico.

Tratamientos
Las terapias que se aplican para tratar el bruxismo están orientadas a la reducción del dolor, la prevención del desgaste de las piezas dentales y los daños permanentes en la mandíbula y la disminución del rechinamiento de los dientes.

Las placas miorelajantes suelen emplearse para evitar el bruxismo mientras el paciente duerme. Este método ayuda a prevenir los daños en los dientes y los problemas en la articulación temporomandibular.
Otras medidas que se pueden tomar son:
– Evitar los alimentos duros y los dulces.
– Realizar ejercicios de relajación que ayuden a reducir el estrés del paciente.
– Aplicar hielo o paños calientes en el área donde está localizado el dolor.
– Masajear la zona afectada.
– Dormir las horas recomendadas.
– Beber mucha agua.
– Realizar una ortodoncia para alinear los dientes.